El pasado 1 de febrero, miles de personas se movilizaron en una multitudinaria Marcha Federal del Orgullo LGBTIQ+ Antifascista y Antirracista. La manifestación comenzó en el Congreso de la Nación y culminó en Plaza de Mayo, con réplicas en distintos puntos del país.
La marcha fue convocada en respuesta a los dichos del presidente Javier Milei durante su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos. En su intervención, Milei vinculó la diversidad sexual y de género con el “abuso infantil”, una afirmación que generó un fuerte rechazo en distintos sectores de la sociedad.

“Cuando digo abusos, no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil”, dijo Milei en su discurso.
Sus declaraciones provocaron una inmediata reacción en redes sociales, donde ciudadanos, activistas y organizaciones expresaron su repudio.
Ante este ataque directo a los derechos y la dignidad de la comunidad LGBTIQ+, activistas convocaron una asamblea antifascista en Parque Lezama. En este encuentro se organizó la Marcha Federal del Orgullo, con la participación de diversos espacios políticos y sociales, incluyendo la Corriente Peronista 13 de Abril y el Frente de Géneros y Disidencias.

En la Ciudad de Buenos Aires, la movilización contó con el respaldo del gobernador bonaerense Axel Kicillof y distintas agrupaciones políticas y de derechos humanos. La consigna principal fue la defensa de los derechos conquistados y el rechazo al discurso de odio promovido por el oficialismo.
La convocatoria no solo reunió a militantes de la diversidad, sino también a miles de ciudadanos y ciudadanas que entienden que los derechos humanos no son negociables. En cada provincia, las calles se llenaron de banderas y consignas en favor de la igualdad, la justicia y la democracia.

Las organizaciones convocantes enfatizaron que este tipo de movilizaciones serán fundamentales para frenar cualquier intento de retroceso en materia de derechos.