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Esta semana será la última de operación del Mercado de Hacienda de Liniers, y ya se están ultimando los detalles para recibir al ganado en pie en el nuevo Mercado Agroganadero (MAG) en Cañuelas.

ACUMAR acompaña el proceso de mudanza y controlará las condiciones ambientales tanto del predio, como de los efluentes que la actividad del MAG genere.

Autoridades y personal técnico del organismo realizaron una visita a las nuevas instalaciones para corroborar el estado de avance de la mudanza y de las obras de la planta de tratamiento, que es pieza clave para el correcto funcionamiento del nuevo Mercado.

El traslado del mercado significa un gran avance en el plan de saneamiento de la Cuenca. Es un hecho histórico poder concretar este proyecto que le dará un gran alivio al Riachuelo, que dejará de recibir las descargas del Mercado sin un adecuado tratamiento”, destacó el presidente de ACUMAR, Martín Sabbatella.

El MAG se encuentra emplazado en un predio de 110 hectáreas sobre la Ruta Provincial Nº6, en el partido de Cañuelas y promete ser un polo de crecimiento industrial, comercial y de servicios para la región. Las nuevas instalaciones contarán con una planta de tratamiento de efluentes líquidos con capacidad para tratar los desechos de las más de 12.000 cabezas de ganado diarias que podrían ingresar al mercado.

La Autoridad de Cuenca realiza seguimientos y monitoreos desde 2020, tanto de las obras vinculadas con aspectos ambientales del mercado como de las condiciones del arroyo Cañuelas para establecer una línea de base que luego permita controlar su evolución.

El MAG agregará a Cañuelas un potencial productivo y de generación de fuentes de trabajo directas e indirectas, ya que las obras del mercado concentrador también incluyen la construcción de un Polo Agroindustrial, de sectores comerciales, gastronómicos y hoteleros.

El fin de la actividad del Mercado en el barrio porteño de Mataderos significa un gran avance en el proceso de saneamiento, ya que el Mercado de Liniers forma parte de la lista de Agentes Contaminantes de ACUMAR, por lo que el traslado resultará en un beneficio ambiental, logístico y urbanístico para la Cuenca Baja, especialmente, para el arroyo Cildáñez y la Ciudad de Buenos Aires.

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