Descubrí un pequeño pueblo en la provincia de Buenos Aires, donde la historia, los paisajes rurales y la cercanía al mar se combinan para ofrecer una escapada única.
Dentro de la provincia de Buenos Aires, existe un rincón que fusiona lo mejor de la historia rural con la cercanía del mar. A solo unos kilómetros de las playas bonaerenses, se encuentra Mechongué, un pequeño pueblo que invita a desconectarse y disfrutar de sus encantos en una escapada de fin de semana.
Escapada a Mechongué, un pequeño pueblo de Buenos Aires con mucha historia y paisajes únicos
Fundado a principios del siglo XX, Mechongué es un testimonio viviente de la historia rural argentina. El pueblo nació gracias a la iniciativa de Martín de Alzaga, quien decidió establecer un asentamiento en honor a su hija Mercedes. Sin embargo, ante la existencia de otro pueblo con el mismo nombre, eligió llamarlo cariñosamente «Mecha» o «Mechongué».
La llegada del ferrocarril en 1911 marcó un antes y un después en la vida del pueblo, impulsando su crecimiento económico y convirtiéndolo en un punto intermedio clave entre localidades cercanas como Lobería, Balcarce y Miramar. Hoy en día, la vieja estación de tren es uno de los símbolos arquitectónicos más emblemáticos, una parada obligada para quienes desean sumergirse en la historia local.
En el corazón de Mechongué se encuentra la Plaza Independencia, un espacio verde que reúne a los habitantes en celebraciones tradicionales y momentos de esparcimiento. Monumentos dedicados a figuras emblemáticas de la historia argentina, como Juan Domingo Perón y Evita, decoran la plaza, recordando el fuerte sentido de comunidad del pueblo.
Otro lugar destacado es la Capilla Nuestra Señora de Lourdes, patrona del pueblo, que tiene un profundo significado para los locales. Esta pequeña iglesia es un punto de encuentro para los devotos de la Virgen de Lourdes, y la gruta construida en 1975 se mantiene como un símbolo de fe en la región.