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Por primera vez desde el retorno de la democracia, la familia que gobernó 40 años no presenta candidaturas en lugares de peso. De fondo, la pelea con Ramón Lanús. El peronismo va con lista única.

A partir de diciembre próximo, por primera vez desde la recuperación democrática, ningún Posse ocupará un cargo en San Isidro. En ese mes termina el mandato como concejal de Macarena Posse, electa en 2021, y el ex intendente Gustavo Posse va de último concejero escolar suplente.

En San Isidro, luego del cierre de listas, la atención se concentra entre los ex socios de Juntos por el Cambio, el intendente Ramón Lanús, que viró del PRO a La Libertad Avanza y Posse, que competirá con boleta corta, alejado de la estrategia de la UCR. En el peronismo, el MDF no pudo poner candidatos pero igual apoya.

Para comprender este presente hay que remontarse a las PASO de 2023, cuando en el distrito de zona norte ocurrió algo inesperado. Lanús, pupilo de la entonces precandidata Patricia Bullrich, derrotó a Macarena, hija de Gustavo, que orbitaba en el larretismo. Ese día terminó una etapa de cuarenta años. Melchor Posse había sido intendente de 1983 a 1999 y lo sucedió su hijo Gustavo, que completó 40 años de gestión familiar.

Violetas versus possistas
Para Lanús, que estuvo a cargo de la Agencia de Bienes del Estado (ABE) durante la presidencia de Macri, los primeros meses de gestión fueron complicados. Recibió duros cuestionamientos, básicamente por la inseguridad, por las tasas y por haber incorporado a la planta política a funcionarios provenientes de la Ciudad de Buenos Aires.

Sin embargo, logró tomar el timón de la gestión y firmar una serie de convenios con el Ministerio de Seguridad de la provincia que descomprimieron la situación. Fuentes locales atribuyen ese pragmatismo a quien es aún hoy su jefe de asesores, Jorge «Panadero» Álvarez.

Tras una vida de militancia en el radicalismo, Álvarez rompió con Posse en 2015. Desde todos los campamentos le reconocen su capacidad de diálogo e inteligencia política. Por ese perfil, Lanús decidió que Álvarez, que ya fue concejal anteriormente, encabece la boleta del oficialismo, para darle mayor volumen político a su bloque a partir de diciembre.

Junto a Álvarez estarán, por orden de aparición, Adriana Fossati, Federico Colombo, María de los Ángeles Durand, Juan Bautista Ocampo, Daniela López, Ricardo Antoniassi, Sofía Euman, Joaquín Adrogué, Marcelina Castro, Claudio Gastón Romero y Cyntia Sanguinetti.

Lanús no se integró al acuerdo amarillo violeta a instancias de Cristian Ritondo, sino que sigue un camino propio, previamente allanado por Bullrich. Aun así, la relación con los libertarios locales nunca fue sencilla.

De hecho, el ex candidato a intendente de La Libertad Avanza, Rodolfo «Pipo» Paolucci, pujó para entrar tercero en la lista de Lanús y se quedó sin nada. Las dos concejales libertarias, María Inés Feldtmann y Débora Ruíz Zeballos, que siempre votaron con la oposición, se migraron a Potencia, disconformes con el acuerdo.

Ellas tenían contratado como asesor a Agustín Castiglioni, un estudiante de Ciencia Política de la UCA que se hizo famoso a principios de año por tapar pintadas referidas a los nietos recuperados y subir a las redes sociales fotos y videos paseando en su Ford Falcon verde.

El Falcon fue pintado con la leyenda «Nunca Más» y la respuesta fue masivamente celebrada en redes sociales. Desde entonces, tanto el vehículo como su dueño se volvieron invisibles, pero la normativa no obliga a los concejales a hacer público quiénes son sus asesores, de manera que no se sabe si el apologista de la dictadura sigue cobrando del erario público.

El competidor directo y principal opositor de Lanús es, justamente, Gustavo Posse. Su armado ahora se llama Acción es distinto, una continuidad de Acción por San Isidro. Tras casi dos años de férrea oposición, todo el sistema político local esperaba que fuera el propio ex intendente quien encabezara la boleta.

Sin embargo, aunque se involucra directamente en la campaña, designó en ese lugar a la médica mediática Bárbara Broesse, seguida por Walter Pérez, un activo concejal actual que irá por la reelección. La nómina la completan Fernanda Randolino, Rodrigo Olivera, Silvia Tallarico, Ángel Ariel Pereyra, Evelyn Von Brocke, Nicolás Ferro, Marcela Mammarella, Horacio De la Iglesia, Claudia Núñez y Andrés Rolón.

Hay quienes creen que Posse tenía decidido anotarse, pero desistió a último momento, porque las encuestas que recibía no eran alentadoras. Desde el propio possismo lo desmienten y sostienen que «a Gustavo no le gustan las testimoniales». «Si era candidato era para estar en todas las sesiones y reuniones de comisión y hoy su actividad política no se lo permite, pero igual va a ser candidato a intendente en 2027», anticipan.

La boleta de Somos Buenos Aires en el distrito está encabezada por el abogado Carlos Castellanos. Se trata de otro radical, que fue muy cercano a Posse, al punto de llegar a presidir el Concejo Deliberante, hasta romper con él en 2017.

Peronismo
Por el lado del peronismo, habrá una única boleta. La encabeza el renovador Federico Meca, secundado por Virginia Franco, que responde a la senadora Teresa García, una de las dirigentes más cercanas a Cristina Fernández de Kirchner.

García y Sebastián Galmarini hegemonizaron los lugares entrantes de la lista, lo que provocó el malestar del MDF, encabezado a nivel local por el subsecretario de Deportes provincial, Marcos Cianni. Sin embargo, Cianni, a quien acompañan varios sindicatos y movimientos sociales, desestimó la posibilidad de presentar una lista propia comprometió su apoyo a Fuerza Patria.

«No estamos en la lista pero estamos en la lucha», dijo Cianni ante unas 800 personas en un plenario de su espacio, en el club Independiente de Beccar, del que surgió el reconocido boxeador argentino Beto Palmetta. Cianni, que reporta políticamente al ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, tiene un importante desarrollo territorial en La Cava, la villa más grande del distrito.

Aunque San Isidro es un distrito habitado por sectores privilegiados, al igual que su vecino Vicente López, sufre importantes niveles de desigualdad, que emparentan más su composición social con otros como San Martín.

Vicente López y San Isidro tienen un ordenamiento socio territorial similar. Cerca del río viven los sectores más acomodados, a medida que se avanza hacia el oeste van apareciendo primero barrios de clase media y luego los sectores populares. La Cava es la villa más grande y conocida de la zona, pero no la única. Se viven situaciones igualmente críticas en otras como Villa Uruguay, Villa El Sauce o Villa Santa Ana.

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